Café Martinez

Este Café Martinez esta hecho en respuesta al Sanatorio que tiene en frente, con lo cual tiene mucha capacidad pero no es de los mas elegantes ya que no pretende atraer al que esta de paseo sino mas bien ser una solución para que de la clínica no tengas que irte muy lejos a comer/​tomar algo.
Nunca comi nada de lunch o salado digamos asi que se las debo.
Siempre, pero siempre me atendieron super bien. Tuve la suerte de ir cuando apenas abrio y se ve que me reconocen y siempre me saludan con la mejor onda, incluso cuando pido algo para llevar.
Muy recomendado el desayuno/​merienda campestre, es buena relación calidad precio, y te sirven el café con leche en un tazón de esos que uno se imagina se usan para tomar algo calentito en el sur en el medio de una tormenta de nieve.
Los precios en general son accesibles, hay de todo como en todas las cadenas.
Los sillones no me gustaron, son mas como sillas forradas, es decir no le suman taaaaanto comfort a la experiencia de estar sentado, jajaja, con lo cual no seria la mejor opción para ir y clavarse rato largo.
Cumple con lo que tiene que cumplir, y destaco la atención y las cosas dulces.

Con la necesidad de enchufarme en cualquier café (viví los 3 días de corte de luz) este fue uno de mis refugios.
Cada mesita abajo tiene donde enchufarse y conectarse. El wifi es un desastre.
El local es cómodo, mesitas individuales y al fondo sillones.
La oferta de comidas no fue para nada variada. 4 tipos de sandwiches con toda la furia.
El de pollo fue rico, bastante seco para mi gusto y muy incómodo de comer (borre sin querer las fotos del celu)
Las tortas y los acompañamientos de café tientan mucho más.
No me gustó que un vendedor ambulante circulara 4 veces rompiendo la paciencia y que no le dijeran nada. Las mozas lo ignoraban por completo.
No me pareció para nada un sitio seguro.