Belén

Hermoso bar, hace años que vengo y, si bien la atención no es la mas calurosa, nunca te desatienden y están atento a tus necesidadez.
El plato del día es una opción para que la gente que tiene que almorzar todos los días fuera de su casa no tenga que dejar la vida en tratar de comer rico y barato.

Quizás haya mil restaurants más como Belén, en eso no podemos discutir mucho. Pero si lo analizás, es necesario que haya más de estos lugares. Porque tienen una carta simple a precios razonables (milanesa napolitana con fritas a 36 pesos) y esa es la excusa que necesita el mundo para seguir girando. Porque cuando volvés de tu casa a eso de las 23.00, cansado y abatido, no vas a querer innovar con la cena, vas a querer que llegue de inmediato y sea un clásico, algo que no falle. Belén es un superhéroe poco valorado que no queremos mucho, pero cuando aparece salva la Ciudad mientras los otros superhéroes populares (los restaurants de gran envergadura y platos peculiares) están cerrados, lejos o no hacen delivery.
La comida llega rápido y bien. La carta es normal y con precios lógicos. El pibe que te trae el pedido viste camisetas de Lafarrere y después de varias entregas te termina apodando «Amigo». La diversidad de platos no se corre de pizza, empanadas, milanesas, calzones, ensaladas y opciones light.
Para sentarse a comer ahí no lo recomiendo, es más bien para tomar un café. El ambiente es muy tranquilo y nunca está lleno hasta el tope. El staff es muy amigable pero hasta ahí, te dejan hacer la tuya.