Basílica de Nuestra Señora del Rosario Convento de Santo Domingo

sin dudas, uno de los lugares mas lindos de San Telmo, si huberan mesas para tomar un trago a la tade/​noche, seria perfecto. Pero no, dejemoslo asi, muy buen paseo, para la familia y sentarse un buen rato afuera, disfruten!

Dicen que los ingleses, en sus múltiples guerras a lo largo de la historia, perdieron sólo cuatro estandartes: los cuatro los perdieron en Buenos Aires y fueron cuatro banderas que les fueron arrebatadas durante la Segunda Invasión de Buenos Aires. Se exhiben actualmente en el Convento de Santo Domingo, en donde los ingleses se atrincheraron y fueron derrotados.
Santo Domingo es una de las Basílicas más importantes de la ciudad desde el punto de vista histórico. En su interior descansan los restos del creador de la bandera Manuel Belgrano y también fue una de las iglesias saqueadas e incendiadas por los peronistas en 1955.
La Basílica tiene un estilo colonial y fue construida a mediados del S XVIII. Ubicada en el microcentro, cuando uno camina por afuera muchas veces no la ve, apurado con los trámites que generalmente uno va a hacer por la zona, pero el que se quiere tomar diez minutos para entrar y recorrerla, va a encontrar un oasis místico y mármoles antiguos e historia argentina de alta densidad. Recomendable.

Una de los templos religiosos más famosos de la ciudad, cuenta con varias reliquias y particularidades que le dieron celebridad. Desde 1751 fue restaurado y dañado varias veces, pero sigue siendo un clásico porteño y de su barrio. Tiene a varios héroes de la independencia enterrados en su interior, y también algunos «trapos» enemigos.
En la torre izquierda cuenta con unos tocones de madera que recuerdan los daños sufridos por la Iglesia durante la segunda invasión inglesa en 1807, cuando un batallón escocés se atrinchero allí. Estos se habían dirigido al convento en busca de un par de banderas de su regimiento, perdidas el año anterior durante la Reconquista de Buenos Aires. Al rendirse tuvieron que volver a entregarlas, y hasta hoy se exhiben junto con otras dos de la Marina Británica que Liniers ofrendó a la Virgen del Rosario.
El general Belgrano regaló también dos banderas realistas capturadas en el norte a la Iglesia, y solicitó que se le entierre allí. Cumpliendo su voluntad se erigió un mausoleo a la vista de cualquier automovilista o peatón. Pero también se encuentran en esta iglesia los restos de otros patriotas: Antonio González de Balcarce (vencedor en la batalla de Suipacha), Hilarión de la Quintana (quien proclamó la independencia de Chile) y José Matías Zapiola.
En 1955 fue una de las iglesias saqueadas en reacción al bombardeo de Plaza de Mayo, pero la estructura no sufrió daños mayores.

Esta iglesia es una de las más antiguas de Buenos Aires. Su fachada está totalmente restaurada. Si pasás por Belgrano y Defensa no podés dejar de prestar especial atención a los agujeros de las balas de cañón que se dispararon contra una de las torres donde se atrincheraban los ingleses durante las Invasiones Inglesas.
En el atrio está el mausoleo que alberga los restos de Manuel Belgrano. Recomiendo mucho hacer una parada en medio de todo el barullo del barrio y sentarte un rato a los pies de este monumento. Las rejas que circundan la basílica son antiguas y maravillosas. Su interior, lamentablemente, todavía tiene una media sombra que sostiene los escombros que caen del techo. Pero se está arreglando.
El coro que canta en la misa te pone la piel de gallina y, si tenés la suerte de asistir a un casamiento, vas a escuchar uno de los mejores Ave María de tu vida.