Angelito

Clásico de barrio, lo recomiendo para sacarse el gusto de un buen bife de chorizo, pídanlo bien cocido.
Las papas fritas (algo infaltable en mi caso) no son buenas, a muchas les falta cocción, les recomiendo que pidan papas rejilla o una ensalada para evitar clavarse.
Atenti con los precios, si quieren comer una buena milanesa con unas exquisitas papas fritas les recomiendo que vayan al angelito que está a la vuelta (sobre corrientes).

Es una mezcla de rotisería y lugar para comer, que tiene toda la impronta del barrio. No busques nada lujoso, ahí vas para comerte una mila, llenarte de olor a papa frita y disfrutar de los personajes de villa crespo.
Tiene un público muy fiel, todos se saludan con un beso, y a pesar de que el local es chico, siempre encuentran un lugarcito para acomodarte.
Tiene la opción de pedir para llevarte y hacen entregas a domicilio. Al mediodía se llena de laburantes en busca de una porción de pizza o un sanguche de milanesa. Es ideal para ir en grupos y disfrutar de una comida altamente calorica.

Como mis amigos hablaban de Angelito yo esperaba otra cosa. Llego y me encuentro con la evolución de una rotiseria, un restoran bien de barrio, con como mucho 10 mesas adentro y dos en la calle. El menú, limitado, se concentraba en milanesas, pizza y hamburguesas.
Por como lo describi parece que me fui para nunca volver, pero la verdad que el lugar me encanto. Ideal para una juntada con amigos, muy fácil elegir que comer y tienen muchas variedades de birra.
Como nos juntamos a hablar de las vacaciones la hicimos corta: 5 milas con fritas y 2 birras. Las milanesas eran a la suiza y napo. La falta de tomate en la napo dejaba mucho que desear, pero la salsa blanca de la suiza cumplió todas mis expectativas.
Finalmente, para cerrar con broche de oro, el servicio. En lo que llegamos al restoran estaba lleno y venia mucha gente a pedir para llevar. Le pedí a un mozo si podía acomodar 5 y en menos de 5 minutos estábamos abriendo la primer cerveza. La comida no tardó nada y nuestro mozo fue re buena onda cuando le pedí cambiar de canal para poder ver basquet.

Parada obligatoria para todo vecino (y no tan vecino) de Villa Crespo que se digne de seguir llamando «Canning y Corrientes» a la ya rebautizada esquina.
Típica pizzería de barrio, con milanesas de lujurioso tamaño y no menos abundante contenido calórico. Una milanesa con fritas por cabeza es más que suficiente para irse llenísimo, incluso para personas de muy buen comer. Salir con amigos a un lugar barato, con platos enormes y con una calidad mayor que lo que sus precios indican sigue siendo posible. Sin ser gourmet (lejísimos está de eso), ofrecen una lograda milanesa de pollo con champignones que vale la pena probar. No es tan marketinera ni el ambiente tan palermitano como los diversos «clubes de» que cobran el doble por un plato más chico y, en ciertos casos, de menor calidad; pero es por eso mismo, merece una chance.
Ojo: se llena fácil (y sobran los motivos para que así sea)

Hace años cerró la pizzería El Imperio, de Scalabrini Ortiz y Corrientes, hoy con el mismo nombre pero más finoli y sin aquellas muzza y blanco de dorapa. Con la indemnización los mozos abrieron tres locales en el barrio, pero el único que sigue en pie y lo hará por mucho tiempo es Angelito.
Su primer dueño, así llamado, luego se retiró y quedaron otros colegas que le dieron impronta a este lugar.
Desayuno, almuerzo y cena, todo a precios acomodados y en porciones abundantes. También se puede pedir delivery pero mejor ir a buscar en persona para evitar demoras.
Todos los platos se hacen en el momento y no hay nada recalentado. Como bien se dijo en otras reseñas siempre está lleno y las mesas en la vereda no alcanzan ya que los mozos no dan abasto. Villa Crespo es un barrio popular, de gente laburante, que cuida el peso que tanto cuesta ganar.
Familias, personas solas, todos se sienten cómodos aquí. Por las mañanas un diario que puede leerse sin cargo, Clarín o Popular, acompaña el café con leche con media lunas a precio acomodado.
La decoración muestra que es un lugar popular: camisetas y banderines de equipos de fútbol (no falta Atlanta, el crédito del barrio), autógrafos de jugadores, artistas y otros visitantes van escribiendo la historia de un lugar que tiene mucho por delante todavía y seguirá creciendo. Alberto Auné

Angelito cumple. Si estás buscando una pizza contundente y a buen precio este es tu lugar.
Si pasás a la noche vas a ver cómo las mesas se extienden por la vereda y el bullicio se mezcla con el tránsito bastante pesado de la zona. Son comunes los grandes grupos de amigos que copan el lugar.
La pizza de muzzarela está muy bien y la napolitana con bastante ajo te deja afuera de cualquier cita.
La decoración se centra en el estilo «cuelgo fotos de lo que me da la gana»… Esto es principalmente fotos de famosos que visitaron Angelito y de jugadores de fútbol.
La pizzería cierra bien tarde y abre muy temprano. Es común ver como los taxistas nocturnos caen antes de las seis de la mañana para desayunar con café con leche y medialunas mientras leen los diarios o se enteran de las noticias en el televisor que siempre está encendido.

A menos que vayas 2 años relación o tu novio/​a sea medio hippie, como primera cita: NO. Para ir con amigas a comer pizza un día tranqui, re va porque es un lugar en el que te sentís cómodo y distendido y la pizza está muy buena. Hay sillas en la calle con mesas bajo un toldo y adentro muy apretados. No es un lugar de lujo, pero algún motivo SIEMPRE está lleno y hay que hacer cola. Es la pizzería del barrio, aunque Villa Crespo esté llena de «pizzerías del barrio», nadie discute el que Angelito es Angelito.
Para mí la Fugazzeta rellena es lo más, es lo que siempre pido con una fainá para acompañar. También la que está buena es la de Muzarella y el flan casero te hace sentir como en la casa de tu abuela. Además hay comida casera: milanesas, empanadas¿ Los baños? DUAAAAJ, muy chiquitos y medios sucio. Las paredes están llenas de fotos con jugadores de fútbol y famosos. Hay un televisor en el que generalmente pasan el noticiero o un partido de fútbol. Del techo cuelgan camisetas de diferentes equipos de futbol y adentro está la barra-​mostrador en la que se pide para llevar o sino te sentás y algún mozo copado te viene a atender.