Fui con la idea de pasar un rato de spa porque una amiga me regaló un groupon para ir con ella y la mamá. Cuando tocás el timbre te hacen subir al primer piso por una escalera y ya vas imaginándote cómo va a ser todo: un espacio viejo, un departamento vetusto(es la palabra –ya en desuso– que mejor lo describe). Una luz amarillenta tipo de departamento de abuela, la decoración vieja, no sé, daba pena. Entiendo que hacen lo mejor que pueden pero el lugar no prestaba a relajarse como en un spa, aunque brindaran todos los servicios: masajes, termoterapia, máscaras faciales, drenajes linfáticos, etc. El tema principal es que no hay luz natural, y eso me deprime un montón. Además, la chica que era la recepcionista era la misma que daba los masajes y servía el té. Si bien los masajes estuvieron bien, no volvería.